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miércoles, 11 de abril de 2007

Internet o la historia de una revolucion peculiar


Hace 50 años, la gente casi no sabía lo que era un ordenador.
Hoy día, nos preguntamos cómo sería el mundo antes de existir Goolge (al menos yo lo hago).
El mundo ha cambiado sólo en el último siglo más de lo que cambió con la Revolución agrícola o la Revolución Industrial, y sobre todo, en mucho menos tiempo.
De todos los ingenios de la Era Tecnológica, Internet quizá haya sido el más espectacular, el más útil, el más expandido, el más aplaudido.
La red de redes nació en 1969, cuando APRAnet estableció su primera conexión entre tres universidades de California y una de Utah, y (¡30 años más tarde!), en 2006, alcanzó los 1100 millones de usuarios. Más aún, se prevé que en sólo diez años, la cifra siga subiendo hasta llegar hasta 2000 millones. Ésta es una cifra muy grande: estamos hablando de la tercera parte del mundo.
En lo que se refiere a España, el número de hogares que poseen acceso a internet es de 6 millones, según un reciente estudio de sobre la sociedad de la información de la fundación telefónica. Y esta cifra aumenta a un ritmo verteginoso.
De hecho, ya más de la mitad de los hogares españoles (58.4%), tienen un ordenador personal en casa, con o sin acceso a internet.
Esta carrera de la intercomunicación continúa inexorablemente, sin descanso. La gente cada vez está más necesitada de infromación, cada vez reclaman más medios para acceder a ella, cada vez más necesitan estar comunicados.
Sin embargo, sería interesante averiguar si estos nuevos usos tecnológicos están equitativamente distribuidos, si en cada región del mundo se usa internet en la misma proporción:
según fuentes del world gazatter, el porcentaje de la población relativa a la población mundial que habitualmente utiliza internet en África es del 3%, frente al 21.2% de Estados Unidos, pese a que el primero tiene una población tres veces superior.
Europa, con una población que representa un 12.3% de la población mundial, tiene el 28% de uso mundial de internet, mientras que Oriente Medio, Latinoamérica y Oceanía ostentan el 1.8, 8.1, y 1.7 por ciento, respectivamente.
Asia es un caso aparte, pues con su población de más de la mitad de la población mundial, tiene un porcentaje de usuarios de internet del 35%.
De los diez países con mayor número de usuarios de internet, (Nueva Zelanda, Islandia, Suecia, Islas Malvinas, Dinamarca, Holanda, Estados Unidos, Australia, Canada y Noruega) 9 están en el hemisferio norte.
No deja de resultar cómico advertir que, mientras en Senegal se preocuapan por la falta de agua potable, aquí montamos un numerito si un día se nos cuelga la ADSL.
Esta brecha tecnológica (¿algún día dejará de ser tal?) no hace sino aumentar las desigualdades entre los dos mundos, pero tal vez algún día el absimo se cierre, y cada uno de nosotros, desde nuestro escritorio, conectados a la World Wide Web podamos verlo.

jueves, 15 de marzo de 2007

periodismo en crisis?


Globalización.
Una de las palabras más escuchadas en los últimos años, una de las más temidas, y una de las más idealizadas.
El desvanecimiento de las fronteras económicas entre países, pues esta es su definición formal, la universalización de ítems culturales, y la proliferación de la red de telecomunicaciones, que ya no entiende de fronteras políticas, físicas o lingüísticas, ha afectado también al sector que, como estudiantes y aspirantes a periodistas, nos preocupa por encima de todos: la información.
Hoy en día asistimos a la revolución (si por revolución se entiende cambio drástico) más importante desde que en 1450 Gutemberg inventara su ingenioso sistema de difusión de los textos escritos: la imprenta. Mucho ha llovido desde entonces, pero en quinientos años en los que la industrial del papel ha proliferado, en los que se ha perfeccionado las técnicas de impresión y maqueteción a un ritmo vertiginoso, la esencia del proceso sigue estando intacta.
Sin embargo ahora, en los albores de la era digital, los sólidos principios técnicos en los que estaba asentada la industria del papel se han venido abajo con todo el equipo.¿que vamos a poder leer libros en una pantalla pixelada? ¿que nunca más vamos a tener que volver a comprar prensa escrita, con la tinta fresca los domingos por la mañana?
Yo, a esto, sólo le encuentro ventajas.
En un mundo industrializado, en el que estamos agotando los recursos de la tierra demasiado rápido, demasiado inconscientemente, se necesitaba ya que, como en este caso, surgieran nuevos soportes físicos, que, amén de abaratar costes y ahorrar al empresario millones de euros en proceso de fabricación, logística y transporte, redujeran la necesidad de celulosa y por tanto la tala de árboles que está mermando la capacidad de nuestro planeta de producir oxígeno y luchar contra la contaminación.
Ésa es sólo una de las muchas ventajas que los nuevos formatos digitales nos puede traer. Es un gran cambio en el que todos los sectores han de estar involucrados, que puede que sea traumático para algunos, pero que en el largo plazo merecerá la pena.
Los periódicos americanos ya lo han entendido: de media, han reducido la tirada en los últimos años hasta el 4%, y han orientado sus inversiones hacia las nuevas tecnologías, firmando acuerdos con gigantes de internet como yahoo!, o google. Ésta es la idea, ésta es la realidad: renovarse o morir. Y los que sobrevivan al naufragio pueden estar seguros de que econtrarán recompensas.
Sólo esperemos que el cambio, que en principio se vaticina para bien, lo sea, efectivamente.