lunes, 10 de septiembre de 2007

quien fuera...

No sé por qué de repente me he acordado de esta canción, no sé por qué me he puesto a pensar en este trovador (que no cantante) cuando lo que debería estar haciendo es estudiar macroeconomía.
Será porque esta canción, de suaves cadencias e interminables acordes de guitarra española, es uno de los pocos recuerdos que tengo grabados a fuego en algún rincón del caos de mi memoria. Un recuerdo que huele a cerveza, a tabaco de mala calidad y al incienso del cuarto de mi padre en ciertas tardes (en esas pocas tardes) en que realmente nos comprendíamos uno a otro como si fuéramos (aunque realmente lo somos) padre e hija.
Me decía, con los ojos empañados y la voz algo ebria de emoción y cerveza de lata: Mira Jimena, mira lo que dice, mira qué bonito es: estoy buscando una palabra en el umbral de tu misterio...
quién fuera McCartney para poder inventar una melodía y así poder nombrarte?
¿No es precioso?

Y así se nos iban las horas, investigando en los versos de aquellos poetas que por entonces llenaban de discos de vinilo los estantes abarrotados del cuartito de mi padre.
Y se fueron esas horas en las que mi padre me enseño a buscar la belleza en cualquier sitio, en cualquier situación, y ya se fueron esas horas en las que aprendí que la perfección más absoluta puede hallarse a unos pocos metros de mi habitación.

1 comentario:

diana dijo...

dios jimeee!qbonitoooo!!tu trankila,q tu eres clavadita a tu padre, al menos, en el arte de escribir y tu sabiduría...de verdad!!!!!!un besito enormee!!!